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LA PARTICIPACIÓN DE LOS JÓVENES EN LAS PARROQUIAS

Bookmark and Share  Milton Beltrán

Diócesis de Cd. Altamirano

La parroquia es muy importante en la Iglesia, pues como lo dice el Papa en el documento de la Iglesia en América, que la parroquia es el lugar de la iniciación cristiana (41), y cada uno de sus miembros son una parte muy especial.

Los jóvenes como miembros de esta Iglesia formamos un bloque que en muy pocas ocasiones es tomado en cuenta. Es hasta hace unos años y sólo en algunos lugares que se ha logrado integrar a los jóvenes en la vida comunitaria de su parroquia, sin embargo aún existen muchos lugares en los cuales la juventud es muy poco valorada y no es tomada en cuenta.

Otro punto muy importante que se debe destacar en este trabajo en favor de la Pastoral es el papel que desempeñan los sacerdotes encargados o párrocos, así como el obispo diocesano debido a que no se cuenta una buena respuesta de parte de ellos ante nuestras inquietudes por transformar nuestra parroquia; desde hace mucho tiempo en muchas de nuestras parroquias han existido intentos por crear grupos juveniles para trabajar en favor de los mismos jóvenes, se trata de que el joven evangelice al mismo joven por medio de actividades comunes, pero desgraciadamente en cuanto se busca el apoyo de los sacerdotes, en la mayoría de los casos mencionan que no tienen tiempo, o que simplemente eso no les gusta; por lo que los jóvenes se desaniman y como existen otras actividades que nos llaman la atención no hay perseverancia y se olvida la inquietud.

Debido en gran medida a que en la mayoría de nuestras parroquias no existen grupos parroquiales juveniles con bases sólidas o con asesores bien preparados, cuando se llegan a formar duran muy poco y a la menor dificultad optan por retirarse dejando inconcluso su trabajo, por lo que es necesario que se tenga un apoyo espiritual por parte de los sacerdotes y religiosas o por otras personas comprometidas para prepararnos en el verdadero sentido que tiene el ayudar en favor de los jóvenes.

Desafortunadamente no siempre los sacerdotes en las parroquias llevan una buena comunicación con los jóvenes, ya que sólo se limitan a solicitarles su ayuda para la realización de eventos en las parroquias dejando de lado el verdadero sentido del servicio hacia el prójimo; a la larga esto puede dificultarnos entender y asumir un compromiso serio en la sociedad, porque nuestra práctica del servicio se ve limitada a hacer cosas como limpiar, vender cosas…

También es meritorio reconocer el papel que tienen los padres de familia en las parroquias ya que son ellos los primeros en brindar el apoyo, los permisos y su tiempo para con sus hijos, por lo que no sólo se debe trabajar con los jóvenes sino también con sus papás pues si un joven tiene muchas ganas de trabajar en favor de su parroquia y no cuenta con el apoyo de sus padres, no podrá desarrollarse totalmente.

A lo largo de los años el trabajo de los jóvenes en las parroquias se ha visto disminuido, en gran medida por no haber respuesta a nuestras inquietudes, nos hemos hecho apáticos ante las situaciones que se viven en las parroquias. Es muy importante hacer notar como lo menciona el Papa en el documento de la Iglesia en América (47), que los jóvenes cuentan con una gran fuerza evangelizadora por lo que es de mucha importancia buscar nuevas formas en las cuales se pueda evangelizar usando esta fuerza.

Es muy conveniente conocer dentro de las parroquias con qué clase de jóvenes contamos ya que la forma y las actividades a realizar son distintas para cada joven, es decir que se deben buscar diversas formas de despertar la creatividad del joven de acuerdo a sus inquietudes, necesidades y habilidades, por lo regular en la mayoría de los casos la participación de los jóvenes en la parroquia se desarrolla principalmente en los coros juveniles, pero también puede llegar a darse en grupos de participación social. Nuestros pueblos tienen un gran espíritu de solidaridad y ayuda para con los necesitados y los jóvenes no somos la excepción por lo que sería una muy buena forma de dar testimonio de vida cristiana juvenil si se crean grupos juveniles parroquiales que se dediquen verdaderamente a ayudar tanto a niños, jóvenes y adultos en los distintos ámbitos de la sociedad.

También es necesario que tengamos en cuenta que la juventud nunca permanece estática, es decir que día a día se deben buscar nuevas formas en las cuales se tenga interesado al joven en el trabajo de la parroquia, ya que de otra forma nuestros jóvenes se aburren y se van; esto se nota más frecuentemente en las parroquias de las ciudades pues los jóvenes prefieren las diversiones fáciles al compromiso parroquial, dando lugar a que, si no se da respuesta a lo que quieren realizar, terminen por caer en los vicios o en las drogas, ya que es lo más fácil cuando no se tiene un verdadero sentido del respeto de sí mismo.

Hay que pensar que de seguir así, sin propuestas verdaderamente que llamen la atención de los jóvenes, nuestras parroquias no podrán crecer y poco a poco irán quedándose solas.

Es muy importante que los sacerdotes tengan una buena preparación e interés, es decir estén dispuestos a apoyar las ideas juveniles llevándolas a cabo teniendo en cuenta también el aspecto espiritual, puesto que todo trabajo que no se haga encomendado a Dios y con amor no tiene caso, pues esto nos motiva a encarnar el Evangelio de acuerdo a las situaciones particulares que viven las personas.

Es importante también que el trabajo parroquial incluya a jóvenes de ambos sexos y de todas las clases sociales, con o sin problemas. La Pastoral Juvenil, no se limita a los conocidos o quien cae bien, sino que busca programar actividades que interesen a todos los jóvenes para atraerlos y ayudamos, siempre iluminados por la oración para realizar todas las acciones con amor.

Es de suma importancia, también, el saber escuchar a los jóvenes, brindarles un consejo cuando lo necesiten y respetar sus opiniones; hay que hacerles sentir que son útiles en la parroquia y que su persona vale mucho así como sus ideas; de esta manera se les ayuda a formar una conciencia cristiana y social sólida que mueva a vivir los valores del Evangelio en todos los sitios en los que se desenvuelven, para ser, como cristianos, verdadero fermento en la sociedad.

Un gran compromiso que tenemos los jóvenes es el saber dar testimonio de lo que hemos aprendido al conocer a Cristo así como también el ayudar a que otros jóvenes lo conozcan también.

Algo importante, también, es el que nosotros busquemos un acercamiento con los párrocos, asesores, responsables de pastoral juvenil e incluso con nuestros obispos para hacerles sentir que los jóvenes también podemos trabajar en favor de nuestra parroquia y lo podemos hacer siempre confiando en la ayuda de Dios y con la asesoría de ellos mismos.

Por último quiero agregar que si algo se puede realizar será siempre con la ayuda de Dios y con el trabajo conjunto de sacerdotes, obispos y jóvenes, ya que solos no estaríamos completos y siempre faltaría algo.

Fuente:Celam

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