Señor,
soy uno de aquellos
que contemplando la vida escondida de la juventud de tu Hijo,
vive la alegría de asesorar a los jóvenes,
y sueña con integrarlos a la tarea de construir tu Reino.
Ya sé que el sueño del joven en su pureza,
es parte de tu sueño de amor.
No quiero rezar por mí, sino por él,
que, en su lucha y su búsqueda,
es y puede ser un compañero de camino.
Que los jóvenes encuentren en mí
aunque no lo sepan,
la alianza que he realizado con ellos.
Que sea fiel a esta alianza,
como tú fuiste fiel
en los altos y bajos del camino de tu pueblo.
Señor, tú eres para nosotros un Emmanuel:
concédeme la gracia
de percibir los clamores que brotan del corazón de los jóvenes,
y de ser signo de tu presencia entre ellos.
Enséñame a escuchar,
para que sepa discernir entre el bien y el mal.
Tú que dijiste a Moisés que estabas con él,
concédeme vivir en cercanía con el joven.
Como tu Hijo es camino,
haz de mí camino abierto, comprometido y seguro, que sea
imagen de Jesús de Nazaret
Concédeme un corazón eucarístico,
capaz de una donación sin límites:
transforma mis debilidades e inseguridades.
Que tenga un corazón de pastor
que se alegre viendo crecer al joven
cuando quiere construir el mundo al que tiene derecho.
Señor, que no huya de la urgencia de ser profeta
y sepa dejar crecer en mí
la sabiduría que descubro en tu corazón de Padre.
Que el ministerio de la asesoría
sepa embarrare las manos de la realidad
y ayude a plantar lo cotidiano
y la utopía
Derrama, Señor, tu bendición
sobre todos los asesores de la Pastoral Juvenil:
que su trabajo sea opción de vida,
y que el joven, sea para todos,
fuente de eternos desafíos.
Bendice, Señor, a los jóvenes que ya he encontrado
y a los que voy a encontrar.
Que en la alegría de tu servicio,
no me olvide nunca de la Madre de tu Hijo
y que ella, junto con Juan Bautista
me den el agua necesaria para animar la vida
que brota de la sinceridad juvenil
¡San Juan Bosco ruega por nosotros!
AMEN