El asesor de Pastoral Juvenil es una persona que se convierte en modelo para los jóvenes, en quien ellos ven un ejemplo de ser cristiano, a pesar de las fallas que pueda presentar en su vida.
Al hablar de ser ejemplo, la referencia es en cuanto a la intensidad de la vida cristiana del asesor. Por eso, es importante resaltar en estas páginas, la presencia de asesores que pueden vivir su fe desde las distintas opciones de vida que presenta la Iglesia: sacerdocio, vida consagrada, matrimonio, soltería... De hecho, favorece a la vida del joven que conozca distintos asesores cuya vivencia del mensaje del Evangelio sea radical, potenciando el estado de vida que ha elegido.
Lo ideal es que el asesor posea una experiencia vivencial del proceso de educación en la fe, y se encuentre en la etapa de la militancia (CELAM, 1993), por lo tanto ya habrá descubierto las etapas que ha recorrido y podrá comprender el proceso por el cual pasan los jóvenes. En ocasiones, algunos asesores no han madurado su fe dentro de los grupos juveniles, por lo que es importante que se detengan con mayor cuidado a estudiar los procesos de educación en la fe y cómo se ha realizado ese proceso en él mismo.
Por lo delicada que es la tarea de la asesoría en pastoral juvenil, es significativo tener una referencia, tanto teórica como práctica, del bagaje que debe luchar por conseguir quien ha sentido el llamado para ejercer este ministerio. También es importante dedicar un espacio en estas páginas a presentar el perfil del asesor, ya que será la base para la formación de jóvenes y adultos destinados a esta labor.
Al hablar de ser ejemplo, la referencia es en cuanto a la intensidad de la vida cristiana del asesor. Por eso, es importante resaltar en estas páginas, la presencia de asesores que pueden vivir su fe desde las distintas opciones de vida que presenta la Iglesia: sacerdocio, vida consagrada, matrimonio, soltería... De hecho, favorece a la vida del joven que conozca distintos asesores cuya vivencia del mensaje del Evangelio sea radical, potenciando el estado de vida que ha elegido.
Lo ideal es que el asesor posea una experiencia vivencial del proceso de educación en la fe, y se encuentre en la etapa de la militancia (CELAM, 1993), por lo tanto ya habrá descubierto las etapas que ha recorrido y podrá comprender el proceso por el cual pasan los jóvenes. En ocasiones, algunos asesores no han madurado su fe dentro de los grupos juveniles, por lo que es importante que se detengan con mayor cuidado a estudiar los procesos de educación en la fe y cómo se ha realizado ese proceso en él mismo.
Por lo delicada que es la tarea de la asesoría en pastoral juvenil, es significativo tener una referencia, tanto teórica como práctica, del bagaje que debe luchar por conseguir quien ha sentido el llamado para ejercer este ministerio. También es importante dedicar un espacio en estas páginas a presentar el perfil del asesor, ya que será la base para la formación de jóvenes y adultos destinados a esta labor.