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Área de Espiritualidad del asesor de Juventud

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El asesor de pastoral juvenil debe ser un verdadero maestro de espiritualidad para los jóvenes. Pero para ello, primeramente, él mismo debe vivir con convicción profunda una espiritualidad renovada, que tome en cuenta la realidad actual, que sea fuente de comunión y participación en el misterio de la trinidad, del cual somos todos partícipes desde nuestro bautismo.  

La mayor tarea del asesor de pastoral juvenil es esta: invitar a los jóvenes a un encuentro de conversión con el Padre, por medio del conocimiento de Hijo, en la gracia dada a través del Espíritu Santo.

Por eso, el asesor debe ser un hombre o una mujer de oración, que de respuestas a problemas concretos desde los valores evangélicos, que sirva de referencia para el joven. En otras palabras, sin importar su “estado clerical”, será un verdadero padre o madre espiritual para todos los jóvenes a quienes estará acompañando.

Aquí el problema que se consigue es el acompañamiento a los asesores en este camino de concientización sobre su labor como maestros espirituales. Sobre todo la dificultad se encuentra más pronunciada en los asesores más jóvenes, debido en muchas ocasiones a las mismas dificultades vocacionales, propias de su edad, en las que se encuentran sumergidos.

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El Asesor: Persona Espiritual

 No es éste el lugar para hacer un tratado de espiritualidad, sin embargo, es necesario hacer una breve referencia al término puesto que esta característica es esencial para el perfil del asesor de pastoral juvenil. Al hablar de espiritualidad se encuentra la dificultad de la cantidad de conceptos de la misma que se posee actualmente. Seguramente, al escuchar el término, el primer pensamiento que surge es “la idea de un jardín inútil o de un peligroso refinamiento aristocrático”, como escribe S. de Fiore (1991, 618), y la imagen que se forma es la del ermitaño o el monje dedicado a la oración contemplativa, o aquél que siempre está en las nubes. La espiritualidad de la que se prefiere hablar hoy en día, y sobre todo en América Latina, es una espiritualidad encarnada en la realidad. Por esto, el asesor necesita desarrollar la habilidad para dar sentido a la vida del joven, y a la propia vida, desde una mística de ojos abiertos (Quinzá, 2000) que facilite ver el rastro de Dios ...

DECLARATIO

Queridísimos hermanos, Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. P...

Perfil del Asesor

 El asesor de Pastoral Juvenil es una persona que se convierte en modelo para los jóvenes, en quien ellos ven un ejemplo de ser cristiano, a pesar de las fallas que pueda presentar en su vida. Al hablar de ser ejemplo, la referencia es en cuanto a la intensidad de la vida cristiana del asesor. Por eso, es importante resaltar en estas páginas, la presencia de asesores que pueden vivir su fe desde las distintas opciones de vida que presenta la Iglesia: sacerdocio, vida consagrada, matrimonio, soltería... De hecho, favorece a la vida del joven que conozca distintos asesores cuya vivencia del mensaje del Evangelio sea radical, potenciando el estado de vida que ha elegido. Lo ideal es que el asesor posea una experiencia vivencial del proceso de educación en la fe, y se encuentre en la etapa de la militancia (CELAM, 1993), por lo tanto ya habrá descubierto las etapas que ha recorrido y podrá comprender el proceso por el cual pasan los jóvenes. En ocasiones, algunos asesores no han ...